Tierras y Aguas Públicas

El Fondo para la Educación de LCV trabaja para proteger las tierras y aguas públicas de nuestro país. Reforzamos los movimientos locales, ampliamos las oportunidades para que todas las personas conozcan y se sientan bienvenidas en tierras públicas, y educamos a las comunidades sobre el papel de las tierras y aguas públicas como fuentes de salud pública y de soluciones al cambio climático.

El acceso desigual a las tierras públicas en nuestro país significa que no todas las comunidades disfrutan del derecho a un aire limpio, un agua limpia y un medio ambiente sano.

Trabajamos con las comunidades para proteger la naturaleza y compartir sus beneficios de forma más equitativa con todas las comunidades, especialmente con las comunidades de color y las comunidades Indígenas que siguen viviendo con las consecuencias del doloroso legado de racismo y exclusión de este país.
Ayudamos a que lugares de importancia cultural como Bears Ears, en Utah, recibieran la categoría de monumento nacional, y logramos la prohibición de nuevas concesiones de petróleo y gas en casi todo el Océano Ártico de Estados Unidos.
Hoy seguimos luchando por más monumentos nacionales y seguimos educando a las comunidades, impulsando movimientos y trabajando con organizaciones de todo el país para convertir nuestras tierras y aguas públicas en soluciones a la crisis climática.

Cómo Luchamos por Nuestras Tierras y Aguas Públicas

La huella cada vez mayor de la humanidad, la pérdida de zonas naturales por el desarrollo y la crisis climática ejercen una presión sin precedentes sobre los sistemas naturales. Esto pone en peligro los suministros de agua, aire y alimentos de los que depende todo ser vivo. La forma más sencilla y eficaz de abordar esta compleja crisis es preservar más tierras y aguas saludables. Por eso el Fondo para la Educación de LCV está ayudando a encabezar la lucha para proteger el 30% de las tierras y aguas de Estados Unidos para el 2030 – nuestra parte en un esfuerzo global, respaldado por la ciencia, para proteger el 30% de las tierras y océanos de la Tierra para el año 2030, apodado 30×30.

Educamos al público sobre la importancia de proteger más hábitats simbólicos e importantes a través de monumentos, santuarios marinos y otras tierras y aguas públicas protegidas. Pero la forma en que conseguimos preservar el 30% de las tierras y aguas de nuestro país es tan importante como alcanzar este objetivo. Educando y haciendo partícipes al público, a los medios de comunicación y a los responsables de la toma de decisiones sobre el importante papel que desempeñan nuestras tierras públicas a la hora de encabezar la lucha hacia un futuro de energía limpia, combatiremos la contaminación heredada en tierras públicas y construiremos un medio ambiente sano y sustentable para todos.

  • Ampliamos el acceso a la naturaleza en condiciones de equidad

    Todas las comunidades necesitan tener acceso a aire limpio, agua limpia y un medio ambiente sano para disfrutar de los beneficios del aire libre. Estados Unidos tiene un doloroso legado de racismo y exclusión hacia la gente Indígena y las comunidades de color, y la política de recursos naturales no es una excepción. La fea historia del robo de tierras perpetrado por el gobierno federal contra las tribus Indígenas, y el persistente desprecio por su soberanía, es quizá el ejemplo más flagrante. Sin embargo, este patrón de desigualdad ha continuado hasta nuestros días, lo que incluye la localización de mucho más desarrollo industrial y contaminación y menos acceso a la naturaleza en los alrededores de las comunidades de color con bajos ingresos. Por ello, el Fondo para la Educación de LCV se compromete a elevar los beneficios tanto de proteger la naturaleza como de compartir sus beneficios de forma más equitativa con todas las comunidades. Lo hacemos en parte dando prioridad a auténticas asociaciones con organizaciones dirigidas por personas de color y apoyándolas, para garantizar que el movimiento por la conservación sea un reflejo de la diversidad de nuestro país.

  • Convertimos nuestras tierras y nuestras aguas públicas en soluciones para el clima

    Aunque mucha gente piensa que las tierras públicas de nuestro país están protegidas del desarrollo industrial, la realidad es que en ellas se lleva a cabo una cantidad asombrosa de perforaciones y de extracción de carbón. Casi una cuarta parte de todas las emisiones de carbono de Estados Unidos se genera a partir de la energía extraída en tierras y aguas públicas. Es hora de convertir nuestras tierras y aguas públicas en soluciones contra la crisis climática.

    Para llevar a cabo esta transición, el Fondo para la Educación de LCV trabaja para educar al público sobre la importancia de detener la extracción de hidrocarburos en tierras federales y ampliar la energía solar, eólica y otros tipos de energía limpia de manera que estén respaldadas por las comunidades afectadas por ellas. Nuestras estrategias de concientización se dedican a resaltar el arduo trabajo de las comunidades locales que se esfuerzan por proteger las fuentes críticas de agua potable, el acceso a actividades recreativas al aire libre, peces y vida silvestre, y los usos culturales, como el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.

  • Creamos un sistema de tierras públicas más hospitalario e incluyente

    Los parques nacionales, los refugios de vida silvestre, los bosques y otras tierras públicas de nuestro país son motivo de orgullo para muchas personas. Por desgracia, a menudo son inaccesibles, poco acogedores y excluyen a las comunidades de color, a las personas discapacitadas, a las comunidades con bajos ingresos, a las tribus Indígenas y a las comunidades LGBTQ+.  El Fondo para la Educación de LCV pretende derribar estas barreras y crear un sistema acogedor e incluyente de las tierras públicas a través de la sensibilización y la educación.

    Los parques nacionales y otras tierras públicas no tan sólo protegen la naturaleza; sino que también preservan e interpretan la historia de nuestro país. La cuestión de decidir cuál historia preservar no ha sido equitativa, lo que ha dado como resultado un número desproporcionadamente bajo (¼) de parques y monumentos nacionales que cuentan las historias de comunidades diversas. Por eso el Fondo para la Educación de LCV se dedica a ampliar la sensibilización y el respaldo público en favor de tierras públicas que cuentan una historia más completa de Estados Unidos, como el Monumento Nacional a Stonewall, el Monumento Nacional a la Igualdad de la Mujer de Belmont-Paul y el Monumento Nacional a los Derechos Civiles de Birmingham.

    También reconocemos que nuestras tierras públicas pertenecen legítimamente a los pueblos Indígenas y que han sido administradas por ellos desde tiempos inmemoriales. Nos comprometemos a educar al público sobre los esfuerzos de las naciones tribales para fomentar una mayor soberanía tribal, así como acuerdos de co-administración y custodia conjunta de nuestras tierras públicas, como la estructura de manejo establecida para el Monumento Nacional Bears Ears en Utah.